combinado de tí y de mí,
en un coctel de difícil trago,
en giro de 180 grados,
dejando entrelazado,
tu ser en lo que sentí,
Yo, quiero amar al aire,
y necesito a alguien,
para enseñarme.
Tú, me puedes enseñar,
esa extraña sensanción,
Tu, me pretendes atar
en tu absurdo corazón.
Y yo, solo quiero tu control,
y tu cálido amor
y tú, dices que solo importa
mi mirada absorta.
Me quieres demostrar
que me puedes transportar
hasta la linea del horizonte,
donde simplemente quiero recordarte
Que pedí sino una sonrisa,
que me reanima sino unos ojos.
Quién daría sin prisa,
una tierna y sincera risa.
Quién concedería con acoso,
un mirar caluroso.
Que deseé sino dulzura,
que rogué sino discreción.
Vida de largos encuentros,
unos fuertes y lentos,
no facilmente encontrados,
pero siempre anelados,
otros errantes molestos,
a pesar de todo intento,
con una huida de viento.
Quién diría que unos,
aunque no muchos,
existan para algunos,
esos encuentros,
de gran reto,
de difícil acceso,
esos momentos,
fuertes y lentos.
Quién me daría un pedante,
y difícil momento,
uno de esos,
de los cuales,
que es para el tiempo en cuerpo,
una estela de riesgos,
y otra de infinito tiempo,
con el que olvidar ambas clases de encuentros.
Dime tú, vida de enfrentamiento,
cuando conseguiré el encuentro,
de tan difécil acceso.