En el juego de la mañana fría,
ya no soy aquel que te devolvía,
los besos, los abrazos, los gestos,
ni tus labios quienes empiezan con los besos.
Ahora es el dolor de nuestro frío amor,
el frío que apago nuestro ardor,
el que te devuelve al temor,
de la vida insegura de nuestro rencor.
ya no soy aquel que te devolvía,
los besos, los abrazos, los gestos,
ni tus labios quienes empiezan con los besos.
Ahora es el dolor de nuestro frío amor,
el frío que apago nuestro ardor,
el que te devuelve al temor,
de la vida insegura de nuestro rencor.
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