Amanecía un día de sol dorado,
bajo nuestro amor soñado,
sobre tu cuerpo alado,
sobre nuestro anelo varado.
Apenado recuerdo tus llantos,
de forma transparente como otro tantos,
anelaba yo de tí ese lamento,
sin un lugar de alojamiento.
bajo nuestro amor soñado,
sobre tu cuerpo alado,
sobre nuestro anelo varado.
Apenado recuerdo tus llantos,
de forma transparente como otro tantos,
anelaba yo de tí ese lamento,
sin un lugar de alojamiento.
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