Pasear una calle,
subir una cuesta,
decir que bella
está esta tarde,
callar seguir,
y nada más ir,
me dices algo,
rompes el viento,
y me haces sentir que valgo,
aunque, sólo para tí, sea cierto.
Esto es un poco tonto,
pero me siento bobo,
y eres un dulce lobo,
tu aullido me deja sordo.
En cambio yo te resulto,
un ave de pensar justo,
de querer sin indulto,
de amar en un susto.