Porque no hay un romántico,
que no me resulte simpático,
y a la vez me sea melancólico.

Porque me hace sonreír,
a pesar de tu ausencia aquí,
se me hace la más fácil vivir,
la vida al cabo del día así.

Por ello digo y no me indigno,
que me agrada el signo
que dejas en mi boca,
aunque parezca idiota.